Con un buen entrenamiento se puede llegar a límites que nunca hubieras imaginado. La isla ofrece muchas posibilidades a los amantes de este deporte
En apnea, meditación y resistencia van de la mano. Debes preparar y tranquilizar tu mente antes de entrar en un mundo en el que no puedes respirar. Pero si logras salvar este obstáculo, prepárate para vivir experiencias maravillosas. Puedes nadar junto a peces, mantas y tiburones, así como explorar pecios y encontrar los límites de tu fuerza interior.
Lanzarote es un destino ideal para la práctica de este deporte y ofrece a los amantes de esta disciplina un evento con repercusión internacional, Oceansoul Lanzarote Freediving que se ha ido consolidando en cada una de sus ediciones y atesora varios récord nacionales en diferentes modalidades.
Para los principiantes, el entrenamiento se concentra en la parte técnica y mental: cómo moverse en el agua, descender de forma eficiente, aletear… A partir de aquí, el progreso pasa por la repetición, el autoconocimiento, y también la asimilación de la teoría específica y fisiología para crear una base psicológica que adapte al deportista de forma gradual a aguantar la respiración o a descender en profundidad.
Elyoenai Aparicio, capitán de la Selección Española de Apnea, recomienda a los deportistas que se acerquen a este deporte y asegura que ”todo el mundo puede aguantar cuatro minutos o descender a 30 o 40 metros de profundidad fácilmente con cursos nivel 1 y 2. No es necesario un talento natural, sino dominar un par de técnicas y consejos teóricos y prácticos, y entrenar”.
La gran variedad de fondos y profundidades de Lanzarote ofrece a los apneístas experiencias a todos los niveles. Hay lugares como Playa Chica en Puerto del Carmen, que nos permite explorar pecios a 12 metros de profundidad y al mismo tiempo tener un abismo de más de 150 metros.
Así mismo, hay muchos espacios diferentes, como la zona de Mala donde se puede disfrutar de cuevas submarinas o las playas de Papagayo con multitud de contrastes de acantilados y arena.
Para que tengas una idea de cómo dar los primeros pasos en este deporte, te dejamos unos ejercicios de fácil ejecución que puedes ir realizando, siempre con un compañero-a, con mucha tranquilidad y sin poner a prueba tus límites:
Realización de 2-4 series de 20-30 segundos debajo del agua con descansos de unos 45 segundos entre ellas. A medida que vayas adquiriendo confianza, podrás aumentar en 2-3 segundos el tiempo de apnea y más adelante el número de series.
Práctica de apnea dinámica, es decir, con movimiento. Una vez hayamos controlado la sensación de apnea, podemos hacer series de 15-25 metros buceando o nadando con respiraciones cada 3-4-5 brazadas.
Seguro que en alguna ocasión has oído que algunos deportistas entrenan en hipóxica, que es una técnica que consiste en privar al organismo de las cantidades normales de oxígeno para que se acostumbre a trabajar en estas situaciones de estrés.
Aplicación del sistema de compañeros: al igual que ocurre en buceo, existe una norma inquebrantable de seguridad: nunca se debe bucear o entrenar solo. Si eres principiante, la opción más interesante es formarse con profesionales del sector y realizar un curso de iniciación que te proporcionará las nociones básicas de entrenamiento y seguridad para practicar este deporte de forma segura.
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