Hablamos con Nacho Romero sobre la vinculación del alma con esta actividad y nos recomienda una ruta con mucha historia en la isla
Lanzarote ofrece una infinidad de rutas a los apasionados del senderismo que se sienten como auténticos conquistadores de territorios vírgenes, esculpidos únicamente por la naturaleza. Charlamos con Nacho Romero, biólogo y fundador de Senderismo Lanzarote, nos habla de los sentimientos que despierta esta actividad y nos recomienda una ruta con trazos geológicos e históricos de la isla.
Para Nacho el senderismo es mucho más que ir a caminar, “tienes que ir preparado para observar y disfrutar cada momento que nos brinde el camino. En la isla tenemos una limitación de caminos físicos pero no de emociones, siempre que repitas una ruta nunca será igual que la anterior vez. Existen diversos factores que influyen en ese momento y te harán sentir nuevas experiencias; la luz, la estación del año, la vegetación, el viento o la compañía hará percibir de forma distinta el camino y su entorno”.
Deja que la naturaleza te sorprenda en cada paso
La actitud del senderista también tiene que ser positiva, hay que dejar que la naturaleza nos sorprenda en cada paso y saborear cada instante con una reflexión personal. El descubrimiento de nuevos horizontes nos hace experimentar un sentimiento de libertad, una capacidad que empodera al ser humano para tomar decisiones tan sencillas como la salida de un sendero para subir un cono volcánico y captar el paisaje.
“La libertad del senderista tiene que estar limitada por su propia conciencia, no debe primar la foto a la conservación del entorno porque perderíamos paisajes cincelados durante siglos en pocos años. Cada sendero tiene su propia identidad que debemos respetar y conservar”.
Nacho ha tenido miles de anécdotas a lo largo de sus más de 15 años de experiencia, una de las más graciosas, le ocurrió con un grupo de senderistas de la península a los que les dijo que él se encargaría de llevar el `enyesque´ para la ruta del día siguiente. Durante la caminata cuando llegó el momento de hacer la parada para comer, Nacho improvisó una mesa y sacó los diferentes alimentos que había llevado, anunciando que ya estaba listo el “enyesque”. Los senderistas sorprendidos, le dijeron que el día anterior habían ido a una tienda de deportes para preguntar si `enyesque´ era algún complemento extra que había que llevar en esa jornada. Un hecho que acabó con las risas de todo el grupo durante el pequeño descanso.
Ruta recomendada: Vuelta a Las Quemadas
Para finalizar, Nacho nos detalla una de las rutas con más historia que se puede realizar en la isla, la Vuelta a Las Quemadas, un recorrido circular de 11 Kilómetros y dificultad baja.
El comienzo de la ruta será la pista de tierra que sale desde el parking de la Ermita de Nuestra Señora de Los Dolores construido en 1781 tras ser una de las promesas de los vecinos de Tinajo si las coladas de Timanfaya paraban y no les sepultaban. Se continuará por a colada volcánica de Montaña Colorada, el último cono emisor de Timanfaya, para pasar entre cultivos de viñas, un paisaje trabajado con esfuerzo para poder sacar provecho en esta tierra de arenas y piedras.
A unos 600 metros girando a la izquierda, se encuentra el Volcán de Caldera Quemada, que con su marcador del solsticio invernal vigila el paso de los senderistas.
En el kilómetro 3, empezará un pequeño ascenso de 1 kilómetro a la montaña conocida como El Alto, con un desnivel del 10-12%, que será la parte más dura del sendero. Con una bajada igual de pronunciada, se debe girar hacia la derecha, a la altura del Km 4,7 en dirección a la Montaña de Ortiz, avanzando por pistas de tierra y entre volcanes entre los kilómetros 6 y 9.
Una vez finaliza la larga recta entre volcanes, se debe girar a la derecha para hacer el segundo ascenso del circuito a la Montaña de Tinguatón, durante 300 metros al 12-15% de desnivel. Una vez arriba, se irá descendiendo entre veredas para volver al punto de partida.
Como broche final para la jornada, se propone una visita a la Casa-Museo del Campesino, obra de César Manrique en el que destaca el gran Monumento a la Fecundidad, hecho con tanques de antiguos barcos pesqueros de la isla. Además, para reponer fuerzas después de la caminata también hay un gran restaurante ambientado con la arquitectura tradicional y en el se que podrán degustar una gran variedad de exquisitos platos de comida típica canaria. Sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares para terminar el día.