Juanjo Farray nos habla de la evolución de este evento y comparte algún secreto de esta modalidad de pesca
El mar que rodea Lanzarote está lleno de vida, son miles las especies marinas que habitan en sus aguas en las que pescadores, buceadores o simplemente amantes de la naturaleza se ven a diario gratamente sorprendidos por su biodiversidad.
Esta condición permite que la isla pueda acoger la celebración del Torneo de Pesca de Altura de Puerto Calero, un evento que ha ido evolucionando poco a poco y consolidando su compromiso con la conservación de especies sin perder la esencia de sus inicios. Este año la organización decidió aplazar su 28ª edición a 2021 debido a la actual situación sanitaria.
Este campeonato se ha convertido en uno de los más importantes del territorio nacional siendo el único clasificable para el Campeonato Mundial de Pesca de Altura que se celebra cada año en Costa Rica. Para conocer algo más este deporte y entender algunas de sus peculiaridades charlamos con Juanjo Farray, presidente del Club de Pesca de Altura Wahoo Azul y organizador del evento.
Ayudan a la preservación de la especie
Farray nos comenta que desde hace varios años no está permitido capturar al marlín y llevarlo a tierra sino que se hace “marcaje y suelta”, una técnica que ayuda a la preservación de esta especie. “Nosotros disfrutamos cuando tenemos pegado un marlín pero nos satisface mucho más cuando lo soltamos y vuelve de nuevo a sumergirse”. Para poder llevar a cabo esta técnica los pescadores utilizan un tipo de anzuelo que al cabo de unos días se le suelta solo al pez sin producirle daño.
La tecnología desempeña también una función fundamental en esta modalidad de pesca, la sonda y el plotter son casi indispensables en las embarcaciones, la velocidad tiene que estar en torno a los 8 nudos y aunque la profundidad es cambiante, se suele coger de guía de los 500 metros y luego ir probando a más o menos profundidad.
Herramientas y “trucos” de pesca
Hay que contar con un buen equipo para lograr “marcar” un marlín. Las cañas y los carretes tienen que ser especiales para captar la atención del pez y provocar su ataque. Cada pescador tiene su teoría sobre cuáles son las mejores muestras para alcanzar su objetivo.
Con la ayuda de los tangones que son dos pértigas que van en los laterales de las embarcaciones y sirven para separar las líneas de nylon, utiliza unos excitadores para generar una especie de banco de peces bajo la embarcación. Por último, las gafas polarizadas que llevan los pescadores con las que quitan el brillo del mar y pueden ver desde la embarcación la sombra del pez antes de efectuar su ataque y que les ayuda a estar prevenidos antes de la acción.